LAMENTO POR LA MUERTE DE VIRIATO SENCIÓN

Editorial de www.acento.com.do , 10 enero 2012

image_thumb[1]El fallecimiento del escritor dominicano Viriato Sención, este lunes, en York, Pensilvania, es una triste noticia que viste de luto al país y en especial a la literatura dominicana.

Viriato Sención llegó al estrellato de la literatura ya avanzado en edad. Y lo hizo al mismo tiempo que su nombre se hacía famoso en el ámbito de la política. Ambas cosas a la vez lo catapultaron en la opinión pública hasta llevar a los medios de comunicación a hurgar en su intimidad y en su pasado político.

De él se dijo que fue asesor de la Cruzada del Amor, una organización para gubernamental que dirigió Enma Balaguer, hermana del entonces presidente Joaquín Balaguer. Que fue de las personas cercanas al doctor Balaguer y que por eso conoció en detalles para de su vida.

Cuando Editora Taller publicó la primera edición de la novela de Viriato Sención, en 1992, titulada “Los que falsificaron la firma de Dios”, estalló un gran escándalo político por las referencias y silogismos entre situaciones y personajes de la vida pública dominicana, en especial del ámbito político. Es una de las novelas más vendida del país en toda su historia.

El jurado escogido para los premios nacionales que otorgaba la entonces Secretaría de Educación evaluó las propuestas de premios para el año 1993, y en el renglón de novela, sin entrar en consideraciones políticas, encontró que la novela de Viriato tenías las mejores credenciales como ficción y como novela. Le otorgó el premio nacional de novela de ese año.

El conflicto aumentó, porque la secretaria de Educación de entonces, Jacqueline Malagón, se negó a reconocer el premio decidido por el jurado, encabezado por el escritor Diógenes Céspedes, e integrado por Juan Tomás Tavares y Roberto Marcallé Abréu. La señora Malagón encontró apoyo político y nunca le fue entregado el premio que en buena lid había ganado Viriano Sención.

El país estaba en medio de una gran crisis. Balaguer había ganado en forma fraudulenta las elecciones presidenciales a Juan Bosch, y para 1994 se proyectaba gananciosa la candidatura presidencial de José Francisco Peña Gómez.

Viriato Sención no se quedó en la literatura. Incursionó en la política. Y el odio político del gobierno hacia Sención se mantuvo. El retrato que ofrecía la novela de Sención era demasiado provocativo para que los balagueristas le perdonaran el atrevimiento de caricaturizar de ese modo a su líder. Ese es el poder de la literatura, sin embargo, y la licencia que se otorga a los escritores.

Viriato Sención, como Joaquín Balaguer, está en los anales de la literatura dominicana y es el único de los escritores que habiendo sido reconocido por un jurado, y habiéndosele otorgado un premio nacional, por una decisión arbitraria y política nunca lo recibió, aunque fue víctima del odio, la discriminación y hasta la expulsión de su suelo patrio.

Así como José Saramago llegó bien adulto a la literatura, y se ganó un premio Nóbel y muchos otros reconocimientos, en conflicto con su país, Viriato Sención fue hombre de pocos textos pero de grandes aciertos en sus novela y cuentos, y merecerá, aún después de muerto, el reconocimiento que en vida le fue negado.

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