ANDRÉS AVELINO EN LA FILOSOFÍA DOMINICANA

P. Jesús Hernández, sdb

Causa sorpresa a cualquiera que Lusitania Martínez en su Filosofía dominicana: pasado y presente (1). Se sienta angustiada al tener que seleccionar nombres para su antología. Parece tremendo lo que dice en la introducción: .. “si solo esto es filosofía, no la encontramos en el país (p.17) con la excepción de uno o dos filósofos. Los dominicanos filosofan… aferrados a la pregunta general de quienes somos, pero referida a la identidad y a la historia nacional” (p. 18).

Entre ese “uno o dos” ciertamente se coloca Andrés Avelino García Solano a quien dedica cinco entradas en su trabajo, tres originales del autor y dos de comentaristas. A ningún otro le concede este privilegio. Las enumero en detalle:

a) Las palabras liminares tomadas de “Metafísica categorial”(1940)

b) El discurso “Los problemas antinómicos de la categorial “conciencia” pronunciado en el Primer Congreso Interamericano de Psicología de (1953)

c) El artículo de la Revista Dominicana de Filosofía: La filosofía de lo ético (1956)

El filósofo queda definido y retratado en su primera confesión (1940, 302): “Tengo la absoluta convicción de que para su salvación, la humanidad necesita volver hacia la verdadera metafísica, la metafísica espiritualista, y hacia lo religioso. Pero el mundo necesita volver a lo verdaderamente metafísico y lo puramente religioso (1940,302)

En el proceso se coloca, de entrada, frente a la negación de la metafísica de Kant y Comte, ante la falsedad metafísica de Bergson y Heidegger y ante la sospecha metafísica de Husserl y Hartmann . No tiene empacho de distanciarse de los “kantianos, de la filosofía crítica, del mismo Fichte, positivistas y pragmatistas, Husserl, etc. (1940,309). “ Nada, absolutamente nada, puede ser extrametafísico, porque todo, absolutamente todo está embebido en la Concepción del Espíritu y en la Concepción del Universo” Y sintetiza: “Dios, el supremo a priori, la suprema forma, la Suprema Categorial pura, comprende categorialmente a la concepción del Universo, desciende a través de ellas hasta el hombre y le imprime en su estructura óntica, una metafísica” (1940,309).

En otro texto, estudiado por mí en la Carta a Maritain dice : “he pretendido fundar la metafísica categorial del pensamiento, que es, según mi parece, la única metafísica posible, como lo son las metafísicas clásicas de Platón, Aristóteles y Santo Tomás” (1944,5).

Aduzco a continuación los comentarios:

4) de Miguel Pimentel : “La crítica categorialista de la ética kantiana” en Razón , Fe y Poder en la Era de Trujillo (1996). Analiza la crítica cristiana aveliniana a la ética kantiana, contraria a la ética cristiana, por ser atea.

Retiene un “rechazo categórico a la moral social hostosiana” y “rechazo a “la ética humanística de Kant porque en ellas desparece el Ser Supremo:

“Se ve que lo que admira y respeta Kant solo son dos cosas: la maravilla del cosmo natural y la ley moral autónoma que es inmanente en el. No queda admiración y respeto para Dios” (1986, 283) citando a AA, Los problemas antinómicos de la esencia de lo ético (1971).

5) De Mabel Marta Artidiello Moreno: en su intervención en el Primer Congreso Dominicano de Filosofía (199X): El pensamiento filosófico de Andrés Avelino” () Estudia el medio, las razones, intereses filosóficos y su significado, centrado en una palabra: su antipostivismo. Pero la Doctora Artidiello tiene el coraje de abordar la palabra que lo invade todo , la categorial y dice., en efecto:

“La concepción filosófica de Andrés Avelino la caracterizamos de antipositivista, porque uno de los objetivos fundamentales de su Filosofía categorial, en oposición al positivismo, es construir una “nueva metafísica” sobre la base de una teoría del ser puramente etologista, y una teoría del conocimiento en que la intuición constituye el elemento principal.

En la filosofía categorial de Avelino desempeñan un importante rol las categorías escolásticas “jerarquía” y “analogía” del ser, ya que el concibe al ser hecho de distintas regiones que llamaba realidad categorial, y significan las diferentes regiones ontológicas. Avelino establece la jerarquización y las categoriales sobre las bases del principio de analogía por medio de las paradojas. Para el no hay mas que modo de creer que un ser exista, o sea como otro ser. Así se reduce a intuir una categorial falsa y considerarla como verdadera”. (1999,186-187)

Reconozco que los cinco fragmentos, en sus palabra y en sus comentarios, reflejan el pensamiento filosófico de Avelino. Ponen de realce la palabra característica del autor, la categorial. No niego que para mí es un pozo misterioso de ambigüedades; no como adjetivo sino como nombre. De ello escribí en mi comentario a la traducción a Andrés Avelino, Una carta a Maritain(2007), editado por el Archivo General de la Nación, (vol. 39) y algo ampliado en el folleto Andrés Avelino y su Carta a Maritain (2008).

En la lógica clásica se habla (en griego) de “categorémata“ y “categorías” traducidas al latín y al castellano como “predicamentos” y “predicables”. Los predicamentos son las diez formas de ser, entendidas también como categorías (substancia =ser en sí y los diez accidentes =ser en otro : cantidad(grande o pequeño , calidad, (blanco o negro), posición( de pie o sentado))…), mientras los predicables son las cinco formas de predicar o atribuir algo a un sujeto como el género (perfección determinable, por ej decir del hombre que es . animal), la especie, perfección determinada por ej. hombre. El famoso árbol de Porfirio estudiado por los escolástico da pie a afirmar que los atributos dichos de un sujeto se identifican realmente con el sujeto, aunque entre ellos haya distinción mental (Tomás) o formal (Duns Escoto). Fuera de la lógica la palabra “categoría” se aplica a cualquier forma de conocimiento fijado en una palabra, considerado importante para un autor. Las categorías de Marx, las categorías de Hegel etc. son:…)

Y ese significado es aceptado; se sabe lo que quiere decir quien lo usa. Pero detrás de la categorial no se sabe lo que se quiere decir hasta que no se aclare expresamente.

Toda aclaración en filosofía se tiene con el estudio de un problema, que halla como única solución una la palabra nueva, llena ya de significado. Así, por ejemplo, el moviendo obliga a definir dos elementos: el sujeto que queda como potencia de recibir algo nuevo y lo nuevo como acto la perfección adquirida: es el paso de la potencia al acto.. Así todo el mundo sabe lo que se dice con esas palabras, acto y potencia, como explicación de la realidad movimiento. Lo mismo valdría para cualquier concepto filosófico: alma, inmortalidad….

Ahora bien, ¿Cuál es el problema, la realidad estudiada que arroja como necesidad aceptar la categorial? Si aparece en alguna página de Avelino el problema que da razón suficiente de la categorial, quien esto escribe sería el primero en estudiarla y valorarla. Por desgracia, hasta ahora no he dado con ella. ¿Es problema gnoseológico, es problema metafísico, es problema ético? Normalmente Avelino procede por intuiciones y se queda en ellas, no conceptualiza como lo hacen los escolásticos en su metafísica

Vale decir que la palabra ser (ente) no entra entre las categorías; es otra la realidad que hay tras ella, el problema de lo uno y de lo múltiple: el Ser (Uno con mayúscula) y los entes ( múltiples, limitados, participantes de la perfección ser), los cuales forman el mundo categorial frente al trascendental del ser. La metafísica abarca ambos; relación entre el Ser y los seres es por analogía no por modo de género y especie. Los atributos se dicen en parte distintos, pero en parte iguales. Aquí la palabra categorial es adjetivo y hace referencia al mundo de los ente o seres finitos.

Concluyo: Andrés Avelino no escribió para el dominicano de los años 40, ni para el del año 2000. No basta decir con la Dra. Artidiello que las categoriales son “regiones ontológicas”, pues todo ser concreto (región del ser) es compuesto de esencia y existencia y toda esencia o concepto universal refleja infinidad de partes realizadas en unidad. No se ve clara la necesidad de una categorial, añadida a la doctrina admitida

Nota: se suprimen en esta edición digital las notas y la bibliografía